El invierno transforma el mundo en un paraíso invernal, pero para los padres también supone el reto anual de mantener a sus pequeños abrigados, cómodos y seguros durante los trayectos al colegio, las salidas de fin de semana y las siestas en el carrito. Con la llegada del frío y el viento gélido, surge una pregunta recurrente en foros de crianza y conversaciones informales: ¿cómo podemos proteger a nuestros hijos del frío sin tener que abrigarlos con un sinfín de capas? La respuesta, cada vez más aceptada por padres y pediatras, podría ser simplemente el sencillo saco de invierno para los pies.