Estás navegando por Instagram y los ves. Los padres perfectos, paseando por un parque soleado con un cochecito que parece más un accesorio de alta costura que un mueble para bebés. Líneas elegantes, telas lujosas, logotipos de diseñador. Es un cochecito, sí, pero también es toda una declaración de estilo. Y por un momento te preguntas: ¿Es eso lo que necesito? ¿De verdad vale la pena pagar el precio, a menudo exorbitante, de ese cochecito tan elegante y a la moda?
2025-11-20






